domingo, 30 de enero de 2011

Héctor me da miedo

-¿Hola Héctor,cómo estás?
-¡Bien!
-!Vaya racha lleva el Barça¡ ,¿eh?
-!!!Sí¡¡¡
-Messi es una caña e Iniesta qué, qué te parece,¡¡un crack!!
Mi hijo mayor escucha la conversación,pero de repente observo que se muestra serio.
-¿Qué te pasa? le pregunto,-tengo miedo de Héctor,me dice.
Héctor es un chico de 44 años,vecino de mis padres de toda la vida;tiene parálisis cerebral desde que nació.Le encanta el Barça,el fútbol es su pasión.Se pasa las horas viendo partidos, leyendo el Sport, escuchando la radio y ahora que su sobrina le ha enseñado,navegando por internet  y buscando información sobre el Barça de sus amores.
De un tiempo a esta parte le cuesta caminar, de hecho se desplaza en silla de ruedas.Ha pegado un bajón, ya que los efectos colaterales de su parálisis cada vez le causan más estragos, pero él, a pesar de todo, no pierde la sonrisa, ni las ganas de vivir.
Cuando llegamos a casa, después de habernos encontrado a Héctor, hablo con mi hijo sobre el tema.Me explica que le da miedo cómo habla Héctor y como camina;observó como se levantaba de la silla y se metía en el ascensor para subir a su casa.Me dice que anda como los pillos que salen en la serie infantil, Ya llega Noddy.
De la forma que creo y entiendo más adecuada para él, le explico que Héctor nació así,que él se encuentra bien,que es así y no pasa nada, que no tiene que temer nada, que jamás le haría daño.Le explico que al igual que su hermano pequeño, que durante una época se desplazaba gateando, Héctor se desplaza en una silla de ruedas.Después de hablar un rato, creo que mi hijo cree en lo que le he explicado y me hace un par de preguntas sobre el tema.
Al cabo de un rato me pregunta se Héctor vendrá a su fiesta de cumpleaños, que le gustaría que viniera.
Éste es uno de los temas que más me ha costado abordar con mi hijo.Adoro esta etapa en la que se encuentra,en que todo es porqué ésto y para qué lo otro;siempre me gusta darle la respuesta más adecuada a lo que le llama la atención o acaba de descubrir,aunque a veces hay cosas que no sé qué decirle, porqué simplemente no dispongo de la información.
Las personas con discapacidad están ahi,a nuestro aldededor,vivimos y convivimos con ellos sin preguntarnos muchas veces cómo se sienten cuando hace frio,llueve,el suelo de la calle está sucio y pisan algo desagradable o los semáforos no funcionan.
Creo que es muy importante que nuestros hijos aprendan desde pequeñitos no sólo a respetar a estas personas,sino a enterderlas y a mostar empatía hacia ellas.
 A saber que existen hombres y mujeres que no ven, no oyen o no pueden caminar y que lo vivan con total normalidad desde la infancia.
Quizás si la mamá o el papá de algunos de los adultos que hoy en día tienen un perrito que hace sus necesidades en la calle y no lo recogen hubieran enseñado a sus hijos que hay muchos Héctor en la ciudad que se desplazan no sin dificultades muchas veces , quizás serían más respetuosos y recogerían el excremento en cuestión...

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